martes, 19 de mayo de 2020

IFK Göteborg, El Último Campeón Proletario (Segunda Parte)



En los treintaidosenos de final, la primera fase de la copa, el sorteo le ponía a los “Kamraterna” la posibilidad de enfrentarse a monstruos del balompié europeo, tales como  el Real Madrid, el Ipswich Town, último campeón del torneo, o el Inter de Milán, mas el destino futbolístico quiso que el debut fuera ante el FC Haka, uno de los equipos más importantes de Finlandia, pero un cuadro más que menor en el concierto europeo.

Y así fue, pues dieron cuenta de los finlandeses por un global contundente: 7 a 2, ganando a domicilio al Haka por 3 a 2, y goleándolo por un expresivo 4 a 0 en Gotemburgo, partido en el que ya a los 27’ minutos de la primera fracción lo ganaban por un placido 3 a 0.

La segunda ronda les plantó un desafío mayor, pues al frente tenían al SK Sturm Graz, subcampeón austriaco, y que había derrotado al CSKA de Moscú, luego de haber ganado por la mínima en Austria y caer por 2 a 1 en la capital soviética, donde el gol como visitante que marcó el croata Božo Bakota, le permitió acceder a la ronda de los dieciséis mejores.

La llave se presentaba como un mero trámite para el IFK Göteborg, toda vez que el Graz había accedido apenas por haber marcado un gol en calidad de visita, y porque el sorteo determinó que el partido de vuelta se jugara en Gotemburgo, sin embargo, los lances había que jugarlos primero.

El primer partido, se jugó en un Liebenauer Stadium lleno hasta las banderas y, al parecer eso, intimidó a los suecos, pues promediando el primer tiempo, y producto de los goles de Zvonko Breber a los 14’, y de Richard Niedercacher, a los 22’, ya perdían el partido. Törbjorn Nilsson, descontó faltando nueve minutos para que terminara la primera parte y, luego de un café cargado de parte de Sven-Göran Eriksson en el entretiempo, nuevamente Nilsson le entregó el empate definitivo. El paso a los dieciseisavos de final estaba a las puertas y lo definían jugando en casa.

Sin embargo, los austriacos no se la pondrían fácil nuevamente. Ante un Gamla Ullevi lleno

hasta las banderas, los dos equipos no se hicieron daño en el primer tiempo, por lo que hubo que esperar hasta la parte final para apreciar buen juego, fricción, goles y uno de los partidos más memorables de los que ofreció aquella versión de la Copa UEFA.

Apenas iniciado el segundo tiempo, los "Kamraterna" se pusieron en ventaja con el gol de Torm Holmgren al minuto 47'. Kurt Stendal consiguió el empate para el Graz, promediando el segundo tiempo. Luego, Nilsson volvió a poner en ventaja a los suecos a los 75', provocando la algarabía de una afición que no contaba con que, faltando ocho minutos para el final, Bakota pusiera un 2 a 2 que desataría sus peores pesadillas.

Mas, y a un minuto del final, el defensa Stig Fredriksson, cambió por gol una falta penal y le entregó el partido la serie y la clasificación a unos inéditos octavos de final para su historia, superando lo hecho por el Malmö FF, que había caído en los treintaidosavos de final en la Copa UEFA de la edición1979/80’, cuando se despidió del campeonato por un global de 5 a1, luego de caer como visitante por 4 a 0 ante el Feyenoord holandés, y empatar a 1 tanto en Suecia; e igualando la actuación del Östers IF en la edición 76/77 del mismo torneo, cuando  fue eliminado por el FC Barcelona, luego de un expresivo global de 8 a 1, luego de caer 0 a 3 como local y 5 a 1 en Cataluña.

Conforme avanzaba el campeonato, la posibilidad de toparse con cuadros con más espaldas y más laureles se volvía una certeza para los “Obreros de Gotemburgo”, sin embargo, el emparejamiento volvió a ser benevolente con “Los Ángeles”, poniéndole enfrente al Dinamo București, un cuadro menos complicado que el Real Madrid, el Sporting de Portugal, el Feyenoord de Rotterdam o el Hamburgo alemán, que todavía seguían en competencia, sin embargo, la llave tampoco era “tirar y abrazarse”, pues los “Câinii Roșii” (perros rojos) de Bucarest, se habían metido en la ronda de los dieciséis mejores, luego de dejar en el camino al PFC Levski Sofía por un global de 4 a 2 (3 a 0 en Rumania y 1 a 2 en Bulgaria), y había dado cuenta, nada más y nada menos, que del Internazionale de Giuseppe Bergomi y Alessandro Altobelli, luego de empatar a 1 tanto en el Giuseppe Meazza, y derrotar  en el Stadionul Dinamo por 3 a 2 , y en tiempo suplementario.

El primer encuentro se jugó en Suecia y fue todo para los locales. A los 27’ minutos, Tommy Holmgren conectó un centro desde el borde del área y con un sobrio cabezazo, puso el 1 a 0, marcador que se alargó cinco minutos después, con otro tanto de  Nilsson. La tarea ya estaba prácticamente lista en su primer capítulo. Reiniciado el segundo tiempo, a los 51’ minutos, Nilsson dijo presente por segunda vez, decretando el 3 a 0 y el los primero tres puntos de la serie para el IFK Göteborg. El descuento rumano, llegó al minuto 64’, en los pies de Gheorghe Mulțescu, entregándole el sazón que necesitaba la serie en el partido de regreso.

La vuelta se jugó dos semanas después en la capital rumana. Los locales tenían la obligación de ganar el partido y por una diferencia de dos goles si querían quedarse con un lugar en cuartos de final, sin embargo, Törbjorn Nilsson, el “chiche” de los nórdicos, y que después paseó sus goles por el FC Kaiserslautern alemán y el PSV Eindhoven, silenció a todo el Stadionul Dinamo, cuando a los 23’ minutos del primer tiempo puso el 1 a 0 final, con el que el IFK Göteborg alcanzó un inédito lugar entre los ocho mejores clubes del torneo.

La fiesta era total en Suecia. Por primera vez, un cuadro de aquel país se metía entre los

mejores de una competición europea en casi treinta años de torneos de clubes oficiales en el Viejo Continente. Destacable, además, porque los "Kamraterna" hacía sólo un par de años jugaban en segunda división, y, lo mejor de todo, porque es era un grupo de jugadores que repartía su tiempo  entre patear un balón y desarrollando diversos oficios para llevar el pan  a la mesa, los que se plantaban de igual a igual con clubes completamente profesionales y les pintaban la cara.

Para los hinchas y para la prensa el IFK Göteborg ya había campeonato en sus corazones, pero había más.

En Cuartos de Final los esperaba el Valencia CF, el primer rival de fuste que se le ponía enfrente. Los españoles venían de un cuarto lugar en la Liga hispana y de haber dado cuenta del Bohemian Praha de Checoslovaquia, el Boavista FC portugués y del Hajduk Split de Yugoslavia, y que amenazaba a las aspiraciones suecas con la dupla goleadora  conformada por el austríaco, Kurt Welzl, y el danés Frank Arnesen.

El Luis Casanova de Valencia recibió el primer partido de la serie, en un encuentro que se jugó el 3 de marzo de 1982. El cuadro “Che” exhibía un mediocampo y una delantera de temer, ostentando 4 victorias y 10 goles en seis encuentros e hizo gala de aquello, pues a los 6 minutos Arnesen se despachó un tiro libre desde 40 metros que hizo imposible la estirada de Wernersson, adelantando en las cifras a los españoles.

Los abrazos no terminaban en las gradas, cuando Ruben Svensson pinchó con la pierna derecha una pelota perdida que se paseaba en el área del Valencia, luego de una serie de cabezazos tras un córner. Los “Ángeles” empataban el encuentro y, lo mejor de todo, encajaban un gol de visita. Dos minutos más tarde, y aprovechando una desinteligencia de la saga española, Nilsson agarró la pelota en tres cuartos de cancha, se fue en demanda del arco rival y, ante la salida del portero, José Manuel Tempere, se la picó con sutileza y la mandó al fondo de las mallas, adelantando a los suecos. El partido se cerró  a los 18’ minutos del primer tiempo, cuando nuevamente el delantero Arnesen cambió por gol una falta penal. De ahí en adelante, las defensas de cada elenco fueron las protagonistas de la brega, las que, finalmente, firmaron un empate dos tantos y le entregaba la primera opción a los “Obreros de Gotemburgo” de avanzar de fase.


(Continuará)

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