lunes, 4 de mayo de 2020

Jorge Robledo, Una Estrella Olvidada (Cuarto Capítulo)




El objetivo, ahora, era Chile, aquella extraña y distante tierra a la que intempestivamente habían dejado y de la cual poco y nada sabía. No hablaba bien el castellano, pero tenía las ganas de forjar un nombre en estas tierras.

Su arribo provocó un revuelo desconocido para la época y las revistas y periódicos se peleaban una exclusiva con la nueva estrella que traía Colo Colo a revolucionar el fútbol chileno. En diálogo con la mítica Revista Estadio, tal vez una de las primeras que entregó a su llegada, aseguró apenas y hablar el idioma, tener pocos recuerdos de Chile y, lo que más eco generó, a pesar de haber vivido casi toda su visa en Inglaterra, no sentirse como tal: “Nunca me he sentido enteramente inglés”.

El "Cacique", venía de rotundos fracasos en los últimos 5 años, y el campeonato inmediatamente anterior, había tenido que resignarse con el segundo lugar, viendo como Everton levantaba la copa. Esta situación convulsionó el ambiente con los hinchas y, sobre todo, al interior de la dirigencia, hecho que provocó que Pedro Foncea, presidente durante los últimas tres temporadas, dejara su cargo en favor de Antonio Labán.

Labán, empresario textil, llegó con el objetivo de que Colo Colo alcanzara su sexta estrella,

así como de capitalizar los réditos económicos del “Cacique”, adquiriendo una antigua casona en Calle Cienfuegos, en pleno centro de Santiago, y que se transformaría en la sede del Club y, lo más importante de todo, la compra de 28 hectáreas al sur de Santiago, en la comuna de Macul, donde se inició la construcción de lo que después se conocería como el Estadio Monumental David Arellano.

En el plano netamente futbolístico, Antonio Laban se propuso crear un equipo estelar para devolverle la gloria perdida a Colo Colo. Para ello, le arrebató a Unión Española su gran figura de los últimos 10 años y parte esencial de los 2 títulos y los 3 subcampeonatos que habían conquistado los “Hispanos” en aquella época: Atilio Cremaschi, quien se sumaría a los Hermanos Robledo, y que serían dirigidos por un histórico del fútbol mundial, que ya había sido campeón con el “Cacique”, y que venía de ganar el campeonato argentino con River Plate el año 52’. Francisco Platko.

Colo Colo exhibía un equipazo para dicha temporada. Mantuvo la base que el 52’ terminó como subcampeón, con Misael Escuti bajo los tres palos, José Campos, Caupolicán Peña y Arturo Farías en defensa, Osvaldo Sáez en mediocampo, y Manuel “Colo Colo” Muñoz en delantera, quien en el torneo anterior había sido el goleador del “Cacique” con 18 tantos, por lo que la adición de los Robledo y Cremaschi, más la dirección técnica de Platko ponían a los Colocolinos como claros aspirantes al título.

Así, desde el primer momento, todas las miradas se volvieron hacia Colo Colo y, por ende, a lo que pudieran hacer los Hermanos Robledo, con Jorge a la cabeza. En el libro “Los 11, los Mejores Jugadores en la Historia de la Roja”, de Ignacio Morgan y Diego Figueroa, los autores dejan de manifiesto una anécdota contada por Charles Villarroel, volante de los “Albos”, y que gráfica el profesionalismo con que los hermanos se tomaban su labor y, por el contrario, evidenciaba la poca seriedad con que se llevaba el fútbol en nuestro país: “La práctica estaba agendada para las 9 de la mañana y nosotros llegábamos recién a las 9 y media, sin embargo, a las 8 y media, los Robledo ya se encontraban en la cancha, equipados y trotando”, aseguró “Charli”.

El debut de Jorge Robledo con la camiseta de Colo Colo, se dio en la cuarta fecha del torneo, cuando el “Cacique”, que venía de empatar en el debut ante Green Cross, y de sendos triunfos ante Palestino y Rangers, recibía a Ferrobadminton en el Estadio Nacional, como único puntero del campeonato y con la clara opción de escaparse en la cima.

Según datos de la Revista Estadio, aquel 31 de Mayo de 1953, llegaron 37.275 espectadores al Estadio Nacional para ver el debut de “George”, con un Colo Colo que saltó a los pastos de Ñuñoa con Misael Escuti en el arco; Caupolicán Peña, Rogelio Núñez y Arturo Farías en defensa; Osvaldo Sáez y Antonio Valjalo en mediocampo, y una delantera temible: Juan Aranda, Atilio Cremaschi, Mario Castro, Manuel Muñoz y Jorge Robledo.

Según describe el célebre periodista nacional, Edgardo Marín, en su ya mítico libro “La Historia de los Campeones (1933-1991)”, Jorge Robledo comenzó el encuentro con un nerviosismo poco propio en él y muy desubicado dentro de la cancha, pero “en el segundo tiempo expone una clase en la que sobresalen la exactitud del centro retrasado y la frialdad para enfrentar al arquero”, características que terminarían deseando el vendaval de goles que tenía preparado el “Cacique” y con “George” a la cabeza.

Y así fue. A los 2’ minutos del complemento, Arturo Farías cambió por gol una falta penal, abriéndole la senda del triunfo al equipo de Platko. Robledo se sacudió del temor que, tal vez, le infundieron las 40 mil personas que se apiñaron en el Nacional para ver su estreno, y fue el mismo que se había llenado de gloria en Inglaterra. Con un tiro magnifico, anotó el 2 a 0, y cuando el reloj marcaba el minuto 71’, elevaba las cifras y se anotaba con su segundo personal en el partido. Finalmente, Mario Castro ponía el definitivo 4 a 0 con el que Colo Colo derrotaba a Ferrobadminton y “George” abrochaba un debut soñado con su nueva camiseta.

En la sexta fecha del torneo, el 13 de junio de 1953, los Hermanos Robledo hacen su
Jorge y Ted posando para los gráficos
estreno jugando juntos en Colo Colo. En un partido perfecto, el “Cacique” vapuleó a Iberia por un expresivo 6 a 1. A los 3’ minutos, Jorge ya abría la cuenta para los “Albos”, ante la algarabía de los 20 mil espectadores que llegaron al Nacional. Luego, Juan Aranda, a los 12’ y a los 16’, estiró las cifras. En el Segundo tiempo, Manuel “Colo Colo” Muñoz puso el 4 a 0 a los 49’, y a los 84’, nuevamente “George” dijo presente el tanteador, sumando su segundo gol en el partido, y el cuarto en tan sólo tres fechas. Cerraba la goleada Atilio Cremaschi a los 89’. El “Popular” era una tren imparable hacia el campeonato y Jorge Robledo, sin ninguna duda, era el maquinista de aquella locomotora.

Colo Colo apabulló a sus rivales y de  26 partidos jugados, venció en 18 ocasiones, empató en otras 5, y cayó en sólo 2. De las 18 victorias, el “Cacique” goleó a ocho rivales: al propio Bádminton e Iberia, 6 a 0 a Audax Italiano, 5 a 2 a Universidad Católica, 4 a 1 a Santiago Morning, 4 a 0 y 6 a 1 a Universidad de Chile y 8 a 3 a Magallanes en la vigésimo tercera fecha, y “boleta” que le dio el título a lo “Albos”, tres fechas antes de que concluyera el torneo. ¿El factor común de todas las goleadas? en absolutamente todas Jorge Robledo se matriculó con goles, marcando 18 goles en esos ocho encuentros.

Punto a parte fue las goleada a Magallanes (8 a 3). En ella, “George” la descosió. Colo Colo sería campeón si derrotaba a los “Carabeleros” y así fue: a los 3’ minutos, Juan Aranda abrió los fuegos y luego vino el festín del mayor de los Robledo, marcando en cinco ocasiones, a los 9’, a los 35’, a los 44 y 65’ de penal, y a los 85’. Era la guinda de la torta y la consagración de “Pancho” en el fútbol chileno. Mario y Castro a los 79’  y Atilio Cremaschi a los 81’, completarían una de las victorias más apabullantes que registre el fútbol chileno.

En apenas siete meses, Jorge Robledo escalaba al Olimpo de Colo Colo, con un juego vistoso, un ímpetu brioso, profesionalismo a prueba de balas y una capacidad goleadora como pocas veces se había visto. Con 22 partidos jugados, “George” se alzaba como el máximo goleador del torneo con 26 tantos, cinco goles más que su más cercano perseguidor (Aquiles Caviglia de Green Cross), se transformaba en pieza fundamental de su equipo (tal como en el Newcastle el 51’ y 52’),  levantaba su tercer trofeo consecutivo, las 2 FA Cup con las “Urracas” y el Torneo Nacional con el “Cacique”, y, lo más relevante de todo, volvía a meterse en la historia linda de los “Albos”, tal y como lo había hecho con los “Magpies”.

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